Père Tanguy y Sennelier: Dos nombres al servicio de los impresionistas, dos historias arraigadas en Bretaña
En 2025 celebramos el 200º aniversario del nacimiento de Julien François Tanguy, más conocido como Père Tanguy, nacido en 1825 en Plédran, en el departamento de Côtes-d’Armor, Bretaña. Figura clave del mundo artístico a finales del siglo XIX, Père Tanguy no fue pintor, pero desempeñó un papel fundamental en el surgimiento del impresionismo. Como comerciante de colores y firme apoyo de los artistas, representa a esa generación de apasionados que, en la sombra, facilitaron el florecimiento de los movimientos artísticos.
Père Tanguy: comerciante de colores y aliado de los artistas
Establecido en París, Père Tanguy dirigía una tienda de suministros para artistas, donde vendía lienzos, pigmentos, pinceles y colores —a menudo a crédito— a jóvenes pintores sin recursos. Entre sus clientes se encontraban Cézanne, Pissarro, Monet, Renoir y Van Gogh. Más que un comerciante, fue un confidente, un mecenas discreto y un defensor fiel del arte de vanguardia. Van Gogh incluso le dedicó un famoso retrato que hoy es símbolo de aquella época vibrante.
Sennelier: un espíritu afín en el universo del color
Unos años después, en 1887, Gustave Sennelier fundó su casa de colores artísticos en París, justo frente al Louvre. Al igual que Père Tanguy, compartía una misión clara: proporcionar a los artistas materiales excepcionales para dar vida a su visión. Los impresionistas adoptaron rápidamente los colores Sennelier por su riqueza, suavidad y durabilidad. Cézanne —de nuevo— fue uno de sus primeros y más fieles clientes.
Una conexión geográfica e histórica sorprendente
Dos siglos después, surge un vínculo curioso entre estas dos figuras: Bretaña. Père Tanguy nació en Plédran, a tan solo unos kilómetros del actual sitio de producción de los colores Sennelier. Hoy en día, los colores siguen fabricándose allí, preservando un saber hacer artesanal centenario.
Un papel silencioso pero decisivo
La historia del arte suele contarse a través de los grandes nombres de la pintura, pero también está hecha por quienes hicieron posible la creación artística. Père Tanguy y Sennelier comparten ese legado: fueron facilitadores de la creación, artesanos en la sombra cuya presencia fue decisiva para el nacimiento de los grandes movimientos artísticos modernos.