Sennelier desde 1887
Todo comienza en 1887, cuando Gustave Sennelier, apasionado por la química, se establece como comerciante de colores. Trabaja sobre la procedencia de los pigmentos, los procedimientos de fabricación, las mezclas y la solidez de los colores. Su trabajo es tan riguroso y su mirada tan justa que los artistas consideran su paleta de tonos como una referencia de calidad.
Sennelier desde 1887
Seguidamente, Charles y Henri le suceden. La Casa de los Sennelier es un punto de encuentro para los artistas. Hay una efervescencia creativa y unos intercambios cotidianos que darán lugar a nuevas técnicas y a colores únicos. Desde entonces, los colores extrafinos Sennelier están presentes en la mayoría de los grandes museos. Y la marca Sennelier, aunque permaneciendo celosamente fiel a su tradición, intensifica sus investigaciones, sigue innovando y produce colores para los pintores de hoy y de mañana prendados de la calidad.
130 años
Sennelier se ha convertido en la marca de “referencia” que es hoy para los artistas porque siempre ha sabido asociar la tradición de los Antiguos Maestros a la innovación de la química moderna.
Sennelier desde hace 125 años